Una de las primeras cosas que tuvimos que decidir cuando ya sabíamos que se iba a hacer la cooperativa fue elegir sobre qué íbamos a trabajar.
Nos pareció interesante realizar actividades manuales, como pulseras, broches o marcapáginas para venderlos a nuestros compañeros, pero también pensamos que teníamos que abrir más horizontes.
Vender bocadillos a nuestros compañeros, un día a la semana, a la hora del recreo... pero claro ¿nos arriesgábamos y hacíamos muchos bocadillos y luego nadie los compraba? ¿O íbamos ofreciendo los bocadillos a los niños? Esta nos pareció una buena opción.
El siguiente paso fue ir informándonos de los precios del pan de molde, de los diferentes rellenos que se ofertarían y de la posibilidad de incluir un zumo, todo ello para saber cual sería el precio final del bocadillo y si tendríamos alguna ganancia.
Y vender objetos de segunda mano, también nos pareció interesante. ¿Quién no tiene un juguete que ya no usa, o libros que son demasiado infantiles? Ese adorno que la madre ya no quiere poner en el salón, o ese juego de tazas que no está completo. Si conseguíamos que nos las familias nos los donaran, sólo tendríamos que etiquetarlos y venderlos.
Ese también fue otro ámbito en el que decidimos trabajar.
Y ahora... ¿Qué nombre ponemos a nuestra cooperativa?
Después de mucho pensarlo y debatirlo y de someterlo a votación, elegimos el nombre de "MULTICLASS. Cooperativa Escolar", porque era corto y fácil de recordar, y en él se podían incluir las múltiples actividades a las que se dedicaría la clase de 6º del colegio Alba Plata. El nombre fue propuesto por Victoria Macías.
¿Y el logotipo?
Se presentaron muchos, pero el que más nos gustó fue el de Arturo Rodríguez que sintetizaba la idea que teníamos para nuestra cooperativa.
Ahora ya teníamos un objetivo, y un logotipo... El siguiente paso era elegir a quienes nos representarían. La Junta Directiva.